Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1359
Legislatura: 1889-1890 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 12 de noviembre de 1889
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Azcárate
Número y páginas del Diario de Sesiones: 40, 1201
Tema: Venta de las salinas de Torrevieja

Yo quisiera, Sres. Diputados, que viniéramos a una transacción, que creo fácil, porque el mismo espíritu nos anima al Sr. Azcárate, a la Comisión y al Gobierno, y no deseamos otra cosa que buscar todas las garantías imaginables para que este proyecto de ley se lleve a la práctica como más convenga a los intereses públicos, y para que nadie pueda dudar de que lo que se haga es lo mejor que ha podido hacerse.

No niega la Comisión, ni niega el Gobierno, la garantía que pide el Sr. Azcárate, mas que por una razón de procedimiento y por la sencillez de la cosa misma, porque se podría establecer el precedente de que las subastas hubieran de venir siempre en la forma de proyecto de ley y ser sometidas a la discusión de las Cortes; precedente que yo no niego que sería una buena garantía, pero quizá fuera demasiada, y no hay que llegar a lo excesivo para que la garantía sea completa.

El Sr. Azcárate sabe bien las eventualidades que sobrevienen en la discusión de un proyecto de ley, por sencillo que sea, eventualidades que pueden ocurrir con más frecuencia cuando se trate de proyectos que se refieran a subastas; y si lo que quiere S.S. es la garantía de que la Representación nacional intervenga en este asunto, entiendo yo que puede conseguirlo de manera más sencilla, sin necesidad de dar lugar a los debates que quizá se promovieran. Esto se obtiene dando la debida representación en la Comisión que se nombre, no sólo al Congreso y al Senado, sino a los altos Cuerpos consultivos del Estado, al Tribunal Supremo de Justicia por medio de su presidente, al Presidente del Consejo de Estado, al Presidente del Tribunal de Cuentas, que en unión con 12 Sres. Senadores e igual número de Sres. Diputados (elegidos directamente por el Congreso y por el Senado, que, naturalmente, procurarían que tuvieran la representación de todos los partidos), y esto me parece debe ofrecer a S.S. garantía suficiente, tanto más cuanto que esta numerosa Comisión, no sólo intervendría después del remate, sino que intervendría y debe intervenir en todas las operaciones de la subasta, como se ha hecho en otras ocasiones. Si S.S. además quiere que la indicada Comisión reúna mayores garantías para su intervención, mayores se darán; pero créame el Sr. Azcárate: menos expuesto es a ciertas eventualidades la formación de una Junta compuesta de esta manera, que el que luego venga al Congreso un proyecto de [1201] ley para aprobar o desaprobar la subasta, porque no me parece a mí que todos los Sres. Diputados podrán tener tantos conocimientos del asunto como necesariamente han de tener y adquirir aquellos que los Cuerpos Colegisladores nombren con ese fin especial, mucho más siendo auxiliados por las grandes capacidades administrativas y judiciales del país.

En una palabra: lo que yo quiero es que S.S. se convenza de que el Gobierno y la Comisión tiene en este punto el mismo espíritu que S.S., que caminan a impulsos del mismo sentimiento y que van en busca del mismo fin. Creo que lo que la Comisión propone, secundada en esta parte por el Gobierno, es más sencillo y mejor para lograr el objeto que persigue el Sr. Azcárate, y desearía que se diera S.S. por satisfecho con que ahora mismo se hiciese una enmienda en el sentido que acabo de expresar, cuya enmienda sustituiría a la que discutimos y sería aceptada en el acto con mucho gusto por la Comisión y por el Gobierno. [1202]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL